jueves, 18 de octubre de 2012

DANCING IN THE MOONLIGHT


Hoy volvieron las ganas de volar,

cuando el sol y la luna compartían escenario.

Hoy volvieron las ganas de volar,

cuando boqueaba, exhausto, como pez en la orilla.

Hoy volvieron las ganas de volar,

cuando esperaba  el cadalso de lo cotidiano.

Hoy volvieron las ganas de volar.

Hoy volví a oír sus aullidos.

Se alejaba echando la vista atrás,

como aquel que guarda esperanza,

que espera ingenuamente ser correspondido.

Hoy volvieron las ganas de volar.

Hoy volvió la melancolía,

melancolía de instantes que no me pertenecen.

La ilusión en cada silencio.

El perdón en cada error.

La calma en cada imagen.

Hoy volvieron las ganas de volar

y puedo ver la leve curva que dibuja el horizonte,

acariciar la sublimidad del efímero momento.

Volvieron las ganas de volar.

No hay lugar, hoy, para el ascetismo.

No hay lugar para la conflagración interna.

No hay lugar para el llanto o la desesperación.

Todavía nos queda una última canción.

Que el neón siga brillando por esta noche.

Baila conmigo una vez más.

Javier Otero


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